Quito, 5 de mayo de 2025 – El delantero ecuatoriano Michael Estrada fue marginado del plantel de Liga Deportiva Universitaria de Quito para el cotejo del pasado sábado en la LigaPro, como resultado de una decisión técnica tomada por el entrenador Pablo Sánchez.
De acuerdo con fuentes cercanas al club, la exclusión del atacante se produjo luego de que este manifestara su inconformidad por la falta de minutos en cancha. La solicitud, planteada directamente al cuerpo técnico, habría generado malestar en el estratega argentino, lo que desembocó en su separación temporal del grupo principal.
La noticia tomó por sorpresa a la hinchada alba, considerando la trayectoria de Estrada y las expectativas que generó su llegada al conjunto capitalino. Su ausencia alimentó especulaciones en redes sociales, donde la afición no tardó en reaccionar ante lo que consideran una situación delicada en el camerino albo.
Más allá del incidente puntual, este caso pone sobre la mesa una discusión recurrente en el fútbol profesional: el delicado equilibrio entre la autoridad del entrenador y las aspiraciones individuales de los jugadores. Si bien la disciplina y el respeto por la planificación táctica son pilares fundamentales en cualquier equipo de alto nivel, también lo es la necesidad de mantener a los futbolistas motivados y escuchados, especialmente en plantillas con alta competencia interna.
Hasta el momento, la directiva de Liga de Quito no ha emitido un comunicado oficial respecto a la situación del delantero. Por su parte, Estrada continúa entrenando de forma diferenciada, a la espera de una nueva oportunidad para aportar al equipo.
El desarrollo de este caso podría tener implicaciones no solo para el futuro del jugador dentro del club, sino también para la dinámica interna de un plantel que enfrenta altos retos deportivos esta temporada.